
La Deuda Histórica de la Arquitectura con la Dimensión Ambiental: Un Llamado a la Responsabilidad Territorial
Durante décadas, el desarrollo de proyectos arquitectónicos y urbanísticos en Colombia y América Latina ha ignorado los principios de equilibrio ecológico, generando una deuda ambiental que hoy resulta insostenible. Las decisiones de ocupación territorial, muchas veces motivadas por intereses económicos o clientelismo político, han propiciado la urbanización desordenada de las áreas rurales y la fragmentación de ecosistemas clave.
El impacto de la falta de planificación ambiental
Las consecuencias de poblar sin criterios de sostenibilidad ambiental son profundas y evidentes:
Indicadores y efectos ambientales:
- Pérdida de biodiversidad: según el IDEAM (2020), Colombia ha perdido más de 2.6 millones de hectáreas de cobertura boscosa en los últimos 20 años, en buena parte debido a la expansión urbana sin control.
- Contaminación de fuentes hídricas: la ocupación informal de zonas de ronda y humedales ha incrementado la contaminación de ríos urbanos.
- Fragmentación de corredores ecológicos: muchas obras arquitectónicas en suelos rurales no contemplan la conectividad de los ecosistemas, afectando especies y ciclos ecológicos vitales.
- Aumento del riesgo por desastres: el 65% de los municipios colombianos tiene asentamientos en zonas de amenaza alta por deslizamientos o inundaciones (UNGRD, 2022).
Urbanización rural y privatización de los bienes comunes
Un fenómeno creciente que agudiza esta problemática es la urbanización de las zonas rurales, en muchos casos a través de parcelaciones irregulares, condominios de alta gama o proyectos de vivienda campestre sin regulación. Esta tendencia ha dado paso a la privatización de bienes comunes como el agua, el paisaje, los bosques, los nacimientos y accesos a zonas naturales.
Estos espacios, que por su naturaleza son patrimonio de todos y fundamentales para el bienestar humano y el equilibrio ecosistémico, se ven restringidos o degradados por modelos de ocupación centrados en el lucro. La apropiación privada de lo común deteriora la calidad de vida de las comunidades locales, limita el acceso equitativo a servicios ecosistémicos y agudiza los conflictos socioambientales.
Consecuencias sociales y territoriales:
- Agrandamiento de las brechas de desigualdad territorial, donde los sectores más favorecidos acceden a los paisajes y recursos más valiosos, mientras que las comunidades tradicionales son desplazadas o marginadas.
- Exclusión del campesinado y las poblaciones rurales de sus propios territorios, lo que debilita sus formas de vida y cultura.
- Pérdida de soberanía territorial y alimentaria, al sustituir suelos productivos por usos urbanos fragmentados y de bajo valor social.
Causas estructurales de esta deuda ambiental
- Ausencia de criterios ambientales en el diseño arquitectónico tradicional.
- Desconexión entre la planificación urbana y la planificación ambiental.
- Falta de articulación entre niveles de gobierno y autoridades ambientales.
- Inexistencia de ética ambiental en muchos procesos de licencia y ejecución de obras.
Soluciones desde la Planificación Territorial Sostenible
Desde Planifica Colombia impulsamos una visión regenerativa del territorio que reconozca los límites ecológicos y la necesidad de proteger los bienes comunes:
Acciones clave:
- Ordenamiento territorial basado en servicios ecosistémicos: entender el territorio no como un loteo disponible, sino como una red viva de relaciones naturales y sociales.
- Evaluaciones ambientales previas al diseño: incluir variables climáticas, hídricas, geológicas y bióticas en los anteproyectos arquitectónicos.
- Uso de instrumentos de planificación territorial como los POMCA y EOT para alinear la infraestructura con la conservación.
- Fomento de la participación comunitaria para co-construir proyectos que respondan a las realidades del territorio.
- Defensa del acceso equitativo a los bienes comunes como principio ético y de justicia territorial.
El rol de las entidades públicas y de control
Las entidades del Estado tienen un papel clave en saldar esta deuda histórica:
- Autoridades ambientales: deben fortalecer los mecanismos de seguimiento a proyectos que afecten ecosistemas sensibles.
- Gobiernos locales: tienen la responsabilidad de actualizar sus Planes de Ordenamiento Territorial con enfoque sostenible.
- Entidades de control: deben sancionar la expansión urbana ilegal y el otorgamiento irregular de licencias en zonas protegidas.
Arquitectos con ética ambiental: más allá del beneficio económico
La arquitectura no puede seguir siendo un oficio desarraigado de la realidad ambiental. Como proyectistas del espacio, tenemos la responsabilidad ética de planificar con conciencia ecológica y sentido de justicia territorial. La rentabilidad no puede ser el motor único de nuestras decisiones. El verdadero legado de un arquitecto debería medirse en bienestar colectivo y sostenibilidad territorial.
Como afirmó el arquitecto Sim Van der Ryn:
“La arquitectura sostenible no se trata solo de edificios, se trata de cambiar nuestras formas de pensar y actuar sobre el mundo en que vivimos”.
Referencias Bibliográficas
- Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM). (2020). Informe anual sobre deforestación en Colombia.
- UNGRD (2022). Informe Nacional de Riesgo y Desastres.
- Sim Van der Ryn & Stuart Cowan. (1996). Ecological Design. Island Press.
- Jane Jacobs. (1961). The Death and Life of Great American Cities. Random House.
- UN-Habitat. (2020). World Cities Report: The Value of Sustainable Urbanization.
- FAO (2021). Territorios rurales y transformaciones: Avances hacia una gobernanza territorial equitativa.
Desde Planifica Colombia
Como miembros del Consejo Colombiano de Construcción Sostenible, desde Planifica Colombia reafirmamos nuestro compromiso con el diseño de proyectos que regeneren los ecosistemas y transformen los territorios desde una ética ambiental y social. La planificación territorial sostenible es el camino para saldar esta deuda y construir un futuro verdaderamente digno para todos.